“Entre la gente había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre, y que había gastado en médicos todo lo que tenía, sin que ninguno la hubiera podido sanar. Esta mujer se acercó a Yeshua por detrás y tocó el borde de su manto, y en el mismo momento elSigue leyendo «El Borde De Su Manto»